miércoles, 1 de diciembre de 2010

Vírgenes y prostitutas

Creo que existen dos grupos de fotografías, las prostitutas y las vírgenes.


Las primeras suelen ser aquellas que todo el mundo saca, las que se muestran públicamente que por algo a cambio se entregan. Obviamente las hay de muchos tipos, las mas baratas como fuentes y monumentos (aquellas que todo el mundo saca cotidianamente) y las mas caras como montañas alejadas (aquellas que uno debe gastarse mas en conseguir). Pero surge algo curioso en este tipo de fotografía, como toda prostituta tiene su (o sus) favorito(s), aquellos que conocen algo de ella que hace que ella se entregue de una forma diferente a su temporal dueño. Ahí es donde entra la emoción del fotógrafo, de descubrir aquello que solo él ve y comienza un juego de complicidad entre el fotógrafo y el objeto, el a través del visor lo traspasa, respira profundamente apretar el obturador y sonríe al observar que ella (la fotografía) lo ha correspondido.

También existen las fotografías vírgenes, las mas emocionantes (para mi gusto) de obtener. Estas son aquellas que  no se dejan atrapar por el fotógrafo, siempre hace falta un diafragma menos, una velocidad mas, un encuadre perfecto, un lente mejor...en definitiva siempre falta algo. Ella esta ahí, vos la ves, la sentís pero no la podes capturar (que termino tan apropiado para este arte). Pero algún día ella se entrega y ahí es donde se siente la magia, todo lo que uno hace se transforma en un ritual se goza de cada paso, y luego ella es tuya, única, valiosa pero sobre todo tuya.

En fin todo fotógrafo termina andando entre vírgenes y prostitutas...y cada uno elige su favorita.