Es por eso que la fotografía tiene algo especial, es una provocación al pasado, es robarle un fragmento de su tiempo y de su espacio y hacerlo parte del presente.
Siempre me ha gustado tener buena memoria, es algo interesante poder cerrar los ojos una noche de verano y que una brisa fresca te lleve a otro tiempo y otro lugar, una sensación de vértigo recorre tu cuerpo, luego el corazón se inunda de sensaciones que la mente no entiende, porque a ella ya no le corresponde sentires del pasado, eso es jurisdiccional del corazón.
En fin, sera cuestión de pedirle permiso al tiempo para que me deje pasar al segundo que viene.
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